Reseña del libro: El último Van Gogh - Alyson Richman


Sinopsis oficial de “El último Van Gogh”: Verano de 1890. Van Gogh llega a Auvers-sur-Oise, un bucólico pueblo francés que atrae a los pintores de París y otras ciudades por sus maravillosos colores y paisajes. Ahí ha crecido Marguerite Gachet, una chica de veinte años que, desde la muerte de su madre, se ha dedicado a atender a su padre y a su hermano. Es con ellos donde el pintor pasará su último verano, bajo el cuidado del doctor Gachet, médico homeópata, pintor aficionado y coleccionista. En estos últimos días de su vida, Van Gogh creará más de setenta cuadros, dos de ellos retratos de Marguerite. Lo que él no sabe es que mientras la pinta en los lienzos, también capturará su corazón.

“El último Van Gogh” es un libro autoconclusivo escrito por la autora estadounidense Alyson Richman, quien además es licenciada en Historia del Arte y Cultura Japonesa. Es su gran pasión por la pintura lo que la ha llevado a escribir este estilo de relatos donde los pinceles y los lienzos tienen cierto protagonismo. 

Con toda sinceridad, no sabía muy bien qué esperar de este ejemplar. Lo compré en una feria del libro de la universidad, principalmente por su precio y su linda portada, para luego arrepentirme de esa compra, ya que es una historia romántica y yo no soy muy fan de ese género. Al final termino dejándome un sabor agridulce, pero no por nada malo. 

La obra se puede considerar una ficción histórica, pues narra los últimos meses de vida que el famoso pintor, Vicent Van Gogh, pasó en el poblado de Auvers-sur-Oise. Sin embargo, el protagonista no es Van Gogh, ni mucho menos, él entraría más en la categoría de un interés romántico e, incluso, tal vez en antagonista. 

Precisamente creo que eso es lo más interesante de la novela. Van Gogh es continuamente idealizado por los personajes, quienes sufren las consecuencias de esa idealización. Más que un individuo, es presentado como un objeto al que todos desean, algunos meramente por envidia y otros, por amor. 

La protagonista es Marguerite Gachet, quien realmente existió y fue hija del Dr. Paul Gachet, el encargado de cuidar al pintor durante su estadía en el poblado. Marguerite fue musa y modelo de Van Gogh para dos de sus obras y aparentemente tuvieron una relación cordial. El pintor también manifestó su intención de realizar un tercer cuadro de ella en las cartas que le escribió a su hermano, por lo que algunos han puesto en duda la verdadera naturaleza de su amistad, teniendo en consideración las normativas de la época.

La autora comentó en un video para redes sociales de la editorial Planeta (2024) que tuvo la oportunidad de ver uno de los cuadros que el artista pintó de Marguerite, cuando visitó una exposición de Van Gogh que realizaba el Museo Metropolitano de Arte de New York. Viendo la obra, pensó que se le debería dar voz a aquella mujer de la que se sabe tan poco, para que pudiera contar su versión de la historia y de esas pinturas. Con esta descripción se puede resumir fácilmente la trama.

Margarita es una chica bastante simple y hasta olvidable. Pero esto no es necesariamente negativo, debido a que aparenta ser algo hecho a propósito con la intención de adecuarla a los estándares de la época: una apasionada ama de casa, que ha aprendido a servir a sus superiores y a dejar de lado muchas ambiciones. Aun así su lienzo en blanco poco a poco va adquiriendo ciertas tonalidades. 

Este ejemplar, además de dar respuestas ficticias a la pregunta de “¿y si estos dos…?”, ilustra las expectativas de vida de una mujer del siglo XIX, tomando en cuenta que estaban a completa disposición y sumisión de los jefes del hogar. Por ende, este personaje y sus vivencias pueden llegar a ser desesperantes y frustrantes, al igual que generar cierta sensación de impotencia. Nuevamente, esto no es una crítica desfavorecedora para el libro. 

Lo único negativo que puede decir es que en un inicio la historia es medio lenta y tarda uno en desarrollar el conflicto. También en ocasiones pareciera que el relato se enfoca más en describir los cuadros que Van Gogh está pintando (los cuales existen en la vida real), que en el propio conflicto. Aunque viendo el lado positivo de esto último, sus piezas también son explicadas simbólica y estéticamente. Mediante ellas se visualiza el deterioro mental del artista y el peso que, para él, tenía su trabajo. El lector puede obtener nuevos conocimientos de este artista y, al mismo tiempo, la propia historia lo animará a investigar más.

En conclusión, “El último Van Gogh” me sorprendió teniendo en cuenta mis nulas expectativas. Tal vez pudo haber sido más enganchante en ciertos momentos, pero en mi caso nunca hizo que perdiera el interés, incluso me motivó a investigar más de Van Gogh. Si te gusta mucho el arte y este artista, probablemente vayas a amar esta novela y si no, puede ser que te aburra un poco. En general, creo que se los recomiendo. 

- Dani23

You Might Also Like

0 Comments