Reseña: El Pefurme del Rey - Karine Bernal Lobo

Alerta de spoilers

Sinopsis oficial de "El perfume del rey": Emily Malhore, hija de los perfumistas más famosos del reino de Mishnock, llevaba una vida tranquila entre las flores de su jardín, sus amigas y sus tutorías, por eso jamás imaginó que el príncipe Stefan se fijaría en ella, convirtiéndola en el centro de atención de su pueblo y del enemigo.

Emily no podrá escapar de un destino que la guiará hasta las entrañas de una monarquía injusta y al reino de Lacrontte, el hogar del hombre a quien desde pequeña le enseñaron a odiar y por quien su nación ha sufrido años de crueldad y mentiras.

Atrapada en un juego de poder en el que parece ser una simple ficha intercambiable, Emily sobrepasará los límites de su carácter dócil, pondrá en duda su búsqueda por una vida pacífica e incluso cuestionará la lealtad de su corazón enamorado para descubrir quién es su verdadero adversario. 

“El perfume del rey” es un libro escrito por Karine Bernal Lobo. Es el primero de una trilogía, y tiene sus orígenes en la plataforma de Wattpad. Narra la historia de Emily, una joven plebeya que se ve involucrada en conflictos políticos cuando el príncipe se fija en ella. 

En principio, me costó agarrarle el gusto a la novela. A pesar de que la narración es sencilla, el ritmo es lento en gran parte del libro. Sin embargo, pasado el primer cuarto de la novela, empezaron a suceder hechos interesantes que hicieron que mi ritmo de lectura se agilizara hasta el punto de terminar quinientas páginas en tres días. 

Uno de los aspectos positivos de la obra fue el buen manejo que hizo la autora de tramas y subtramas, creando y resolviendo conflictos sin que llegara a resultar demasiado enrevesado. Asimismo, tocó de forma interesante las injusticias cometidas por el sistema judicial (y cualquiera con poder) hacia las mujeres, sobre todo cuando de delitos sexuales se trata. El mensaje que deja al respecto es bastante apegado a la realidad actual, aunque por eso mismo tampoco es demasiado esperanzador. 

Por otra parte, la forma de actuar de los personajes en algunos casos dejó mucho que desear. Desde el inicio, la relación entre Emily y el príncipe fue inverosímil. No se sintió una conexión profunda entre ambos ni las razones por las que uno se interesó en el otro. Todo fue tan perfecto que era de esperarse que no terminaran bien. No obstante, el cambio de actitud del príncipe fue demasiado brusco e injustificado. No hubo en todo el libro alguna señal de que escondiera en su interior una vena malvada, y al final pareció que el personaje fue cambiado por otro de la nada. 

En este mismo orden de ideas, la relación de la protagonista y su mejor amiga, Rose, llegó a resultar absurda, pues se basó en la primera secundado todas las ideas irracionales de la segunda, a pesar de que desde el primer capítulo esta le hizo cosas que deberían ser consideradas “imperdonables”. Particularmente, el personaje de Rose no me gustó. Nunca llegó a tener una evolución aun cuando todo lo que le pasó estaba puesto para que pudiera madurar. Esperé, en vano, que la protagonista entendiera que en la amistad también había límites. 

La relación de Emily con su familia fue muy bien planteada. Se sintió el amor y la unión que se tenían, a pesar de que el personaje de la hermana mayor, que era descrita como la más “sensata”, se comportaba muchas veces de forma inmadura. 

Magnus, uno de los “villanos”, fue uno de los mejores personajes de este libro, y no tengo duda de que fue diseñado con esa intención. El rey logró llevarse un pedacito de mi corazón, aunque no niego que podría entrar en la categoría de “gustos cuestionables” si de parejas hablamos. Hubo más química entre él y Emily en pocas escenas que entre ella y Stefen en todo el libro, aunque admito que mi opinión puede resultar poco objetiva, porque yo adoro los enemies to lovers. 

Otro aspecto que no me terminó de convencer fue el universo. A pesar de que la autora advierte en una nota del principio que no intentemos situar la historia en una época histórica específica, es difícil no hacerlo, pues no creó ninguna costumbre o elemento distintivo del mundo, sino que pareció mezclar varias creencias, tradiciones y objetos de distintas épocas históricas y ya, lo que, en particular, hizo que mi cerebro tuviera varios choques y por eso lo considerase extraño. Además, inventó una nueva forma de contar el tiempo a la que le sacó tan poco provecho que resultaba innecesaria. No llegaría a clasificar este libro como fantasía porque, en realidad, hay muy pocas cosas que puedan llegar a considerarse fuera de lo normal. 

En general, la historia está bien para pasar un buen rato. Se lee fácil y hay situaciones entretenidas, pero faltó ahondar más en algunos personajes y desarrollarlos mejor. El final es intrigante e incita a leer los otros solo para saber qué pasará entre Emily y Magnus. No es un libro que volvería a releer a menos que fuera para buscar algo en específico, y tampoco tuvo escenas emblemáticas que puedan llegarme como recuerdo en mis momentos de ocio. A pesar de todo, logró entretenerme y lo recomendaría a aquellos que les gusta este tipo de libros con romances y monarquías.

- Adriana

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