El Dogma 95 y Festen, ¿el verdadero cine? (Reseña de Festen - Thomas Vinterberg)
- febrero 21, 2025
- By Marauders' Book
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Sinopsis oficial de la película “Festen”: Los Klingenfeldt, una familia de la alta burguesía danesa, se disponen a celebrar el 60 cumpleaños del patriarca, Helge, quien está particularmente ansioso por la asistencia de sus tres hijos, Christian, Michael y Helene, pues llevan mucho tiempo distanciados.
Ok, voy a empezar esta reseña diciendo que esta película es rara, pero rara de veras. Tuve que verla para una materia de la universidad y en un inicio, no me gusto en nada. Sin embargo, con el tiempo le he agarrado… ¿Cariño? Digamos que en mi mente envejeció como el vino.
Primero, para explicar lo absolutamente extraño que es este filme, les debo hablar del querido Dogma 95. Para finales de la década de los 90 estaba muy en auge la incorporación de la tecnología y de los efectos especiales creados por computadora en el cine, así como el surgimiento de un “género” que sería conocido despectivamente como el cine comercial (producciones dirigidas a las masas, que tenían la finalidad de obtener ganancias económicas).
Para algunos cineastas, estas tendencias significaba dejar de lado los valores tradicionales del séptimo arte: la historia, los personajes, las actuaciones, etc. Por lo que en 1995 dos directores daneses, Lars von Trier y Thomas Vinterberg, crearon el manifiesto de un movimiento cinematográfico que llamarían “Dogma 95”, cuyo objetivo era volver a popularizar lo que ellos consideraban como el verdadero cine, estableciendo normas bastante estrictas.
Festen, dirigida por Vinterberg y estrenada en 1998, fue la primera película clasificada en este género. Y no solo eso, este fue el primer filme de la historia en ser grabado por completo con una cámara digital, algo que ahorita nos puede parecer normal, pero que en ese entonces fue criticado por su baja calidad de imagen (ciertamente, la calidad no es la mejor).
La primera regla del Dogma 95 es que todo debía ser grabado con cámara en mano, es decir, no se podían usar trípodes o soportes, la cámara debía ser sujetada únicamente por el camarógrafo con sus manitas. ¿Y qué pasa si este tenía mal pulso? Pues, bueno, eso le aporta más realismo.
Esta regla fue seguida al pie de la letra en Festen y… la verdad es que logró crear la ilusión de que estaba viendo o, mejor dicho, viviendo, todos los acontecimientos con mis propios ojos. La trama se basa en una celebración familiar, donde suceden hechos bastante controversiales y se hacen revelaciones inesperadas de la nada (literalmente, de la nada), que ponen en juicio la estabilidad mental de cada uno de los personajes.
Gracias a esta decisión creativa pude conectar fácilmente con los hechos. Digamos que sentí que yo era un primo muy lejano y que estaba viendo cómo se destapaban los trapitos familiares, revelaciones turbias. En serio, turbias.
Los personajes poco a poco te van relatando pequeños detalles de lo que ocurrió, a través de momentos random o discursos controversiales que me dejaron con la boca abierta. Lo más divertido de todo es que ninguno de los protagonistas, incluyendo a las propias víctimas y héroes de lo ocurrido, son completamente “buenas personas”. Estamos acostumbrados a personajes blancos y negros, así que enfrentarse a gente realmente desequilibrada y gris fue un punto a favor.
Otra regla del Dogma 95 es que las locaciones deben ser 100% reales y no pueden sufrir ninguna alteración por parte del equipo de producción. Además, tampoco se pueden utilizar luces artificiales o modificar la iluminación que existe en el lugar. Nada de luces de estudio, solo el tungsteno típico de las casas y la luz de la luna en los exteriores.
Esto nuevamente ayudó a reafirmar la sensación que estaba en esa casa presenciando todo. No obstante, hay varias escenas de noche y EN EXTERIORES en las que fue imposible ver algo. Literalmente, medio intuía lo que estaba sucediendo por los sonidos. Sentí que estaba viendo el capítulo de La Larga Noche en Game of Thrones (para que lo hayan visto, saben que esto no es bueno).
Por último, la siguiente norma de este movimiento (son muchas, pero ahora no vienen al caso) es que todos los sonidos debían ser diegéticos y registrados en la propia locación mientras se estaban grabando las escenas. ¿Qué quiere decir esto?
Bueno, los sonidos diegéticos son aquellos que tanto los espectadores, como los personajes de la película pueden escuchar. Y lo otro se refiere a que no se podía agregar ruidos externos en la edición, todo el audio debía de ser capturado y colocado tal cual como se escuchó cuando se grabó. Nuevamente, esto ayudó a generar más realismo, pero, sobre todo, le otorgó al filme un aura medio tenebrosa e inquietante.
Cómo podrán ver, Festen brilla por su historia de origen y por las normas que hay detrás de ella. Esto no significa que la trama sea mala (para nada). Este es un conflicto impactante, que te muestra el punto final de una familia totalmente disfuncional y hasta criminal. Su relato es simple y fuerte, el cual te deja analizando y te hace empatizar con personajes que hace 5 minutos te parecían unos desgraciados. En general, la vas a recordar por siempre.
Pese a ello, no se puede negar que toda la grabación de la película y la creación del Dogma 95 es igualmente interesante, y es, en parte, la gran razón por la que la obra generó tanto impacto (recibió el Premio del Jurado del Festival de Cannes de 1999). Sería igual de atractivo ver una cinta de cómo se creó esta cinta.
Porfa, véanla. Créanme, es rara, pero de alguna forma les va a terminar gustando.
-Dani23












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