Emma: ¿Qué es mejor, libro o película?

Yo sé que este título es bastante controversial. Soy consciente que el debate de “cuál es mejor, libro o película” siempre despierta pasiones. Especialmente porque, para mí, la cinta del 2020 es mucho mejor que lo escrito. Decir esto abiertamente puede atraer críticas, pero puedo defender arduamente mi opinión. 

“Emma” es un libro autoconclusivo, actualmente clasificado cómo “comedia romántica”, que fue escrito por la británica, Jane Austen, y publicado en 1815 (sí, vengo a criticar un ejemplar de más de 200 años). Esta novela es uno de los trabajos más populares de la autora, junto a “Orgullo y Prejuicio”, “Persuasión” y “Sensatez y sentimientos”; sin embargo, hay un total de 7 obras registradas a su nombre. 

La presente historia ha tenido 7 adaptaciones para el cine y la televisión. Incluso, el icónico filme de Clueless está basado en este relato. Pero de todos aquellos trabajos audiovisuales, es “Emma”, cinta estrenada en el 2020 y dirigida por Autumn de Wilde, la protagonista de esta comparación.

La historia se trata de Emma, una joven de 21 años perteneciente a la clase alta rural inglesa. A diferencia de la gran mayoría de protagonistas de esta escritora, Emma es bastante rica y tiene el privilegio de no necesitar casarse para poder sobrevivir en el futuro. Por esta razon, pasa sus días cuidando a su padre y siendo la casamentera de su poblado, descartando continuamente la posibilidad de casarse. Sin embargo, durante la trama descubre que está enamorada del Señor Knightley, un hombre adinerado de 37 años que es amigo cercano del padre de Emma. 


Empecemos con el romance… literalmente no hay una pizca de química entre la protagonista y su interés romántico a lo largo del libro. Su relación, hasta el final, se asemeja más a un vínculo paternal que a uno romántico, debido a que el Señor Knightley vive regañando a Emma por sus acciones. 

Ella sí se merece estos regaños, pues es una chica rica que no entiende bien el impacto de sus acciones. No obstante, a mí me costó mucho emparejarlos teniendo en cuenta que sus interacciones se basan en una figura mayor sermoneando al joven que tiene a su cuidado. Sinceramente, no sé en qué momento Emma se enamora de él, ya que su romance nunca avanza. Por ende, en el momento que ellos se confiesan su amor, lo sentí sumamente forzado y carente de sentido.

Con este amorío tengo otro problema: la gran diferencia de edad. Soy consciente de que este es un libro de más de 200 años; en ese entonces no era malo que una mujer y un hombre se llevarán 16 años de diferencia. La cuestión es que yo soy una joven del siglo XXI, cuya mentalidad, entorno y crianza son muy diferentes a como era en aquella época. 

No niego el gran valor histórico y documental que tiene, pues, al estar escrito por alguien que vivió en ese periodo, nos brinda un retrato fiel de cómo era la civilización, las relaciones sociales y los valores del Siglo XIX. Pese a ello, la frase de “No juzgues el pasado con los ojos del presente" siempre la he considerado absurda, puesto a que, para lograr eso, tendría que desconectarme de mis principios éticos, vivencias, aprendizajes, opiniones, gustos, etc. Es decir, todo lo que me hace yo. 

Por lo que sí, esta diferencia de edad me resulta problemática y me refuerza la sensación de que este es un vínculo padre e hija, debido a que realmente podría ser su padre. Además, hay comentarios del ejemplar que son extremadamente polémicos, aunque, nuevamente, soy consciente que en 1800 no lo eran. Por ejemplo: 

“No podía pensar en usted sin mimarla, con defectos y todo; y a fuerza de encariñarme con tantos errores… Creo que he estado enamorado de usted por lo menos desde que tenía trece años”. (Emma, 1815, pg. 305). 

Lo anterior son unas palabras que el Señor Knightley le dedica a Emma cuando ya son novios. Creo que no tengo que explicar lo horrible de esto; simplemente demuestra lo normalizado que estaban los comportamientos pedófilos en dicho siglo. Incluso, la respuesta de Emma es casi peor, ya que le dice, entre otras cosas, que también llene de cariño a Anna Weston, la hija recién nacida de sus amigos, como lo hizo con ella, pero que no se enamore de la pequeña cuando este tenga 13 años. 

Ahora vayamos con la película. En el filme, el Señor Knightley sigue siendo un amigo cercano del padre de Emma y su relación sigue estando basada en regaños. La cuestión es que aquí no se hace mención de la diferencia de edad y mucho menos de esos comentarios raros. 

Uno sabe que ellos no son contemporáneos, puesto a que Knightley tiene una visión del mundo más madura. No obstante, las enseñanzas que le imparte a Emma se sienten como si un amigo, al que le ha tocado asumir ciertas responsabilidades desde hace tiempo, te explica cosas que tú aún no has vivido.

En este caso, su vínculo sí evoluciona. Llega un punto en el que las usuales peleas y reprimendas dan paso a un enlace más cordial de amigos. Y cuando Knightley se pelea con ella, la decepción que muestra no es la de un padre, sino la de un enamorado que esperaba más de su amante. 

Aquí ellos sí tienen química y les podría describir a la perfección cuál es la escena en la que Emma y Knightley se dan cuenta de su amor. Ocurre en un baile, donde Knightley, pese a odiar bailar, decide bailar con Emma. Este mismo acontecimiento ocurre en la obra, pero allí la escena termina justo cuando van a ir a bailar y se desarrolla de manera muy sosa. 

En cambio, en el filme se muestra toda su danza. Las interacciones de ambos están impregnadas de un alto grado de tensión romántica y sexual. Es una escenaza. 

Asimismo, después de esto suceden situaciones, algunas que ni siquiera son parte del libro o no pasan cómo se describen en el papel, que aumentan mil veces más esa tensión. Incluso diría que hay una especie de rebeldía y melancolía en su romance, que para nada tiene la novela. 

Respecto a la protagonista, en la obra Emma es insoportable. Al principio, esa es la intención, pues la idea es que crezca y aprenda a que no debe de meterse en la vida de los demás y que debe de tener mucho cuidado con sus palabras y acciones. Pero, sinceramente, para mí ella no aprende nada o, mejor dicho, aprende de una manera egoísta, si es que eso tiene sentido.  

Les voy a poner el ejemplo más obvio: parte del ejemplar se centra en que Emma tiene una nueva amiga, llamada Harriet, quien no conoce a sus padres y no posee títulos, ni riquezas. Es decir, en ese entonces era de las peores pretendientes que un hombre puede tener. Pese a ello, Harriet está enamorada de un granjero y, aparentemente, su romance es correspondido. 

Sin embargo, Emma considera que, por ser su amiga, ella debe apuntar a un pretendiente de un mayor nivel social y la obliga a rechazar al granjero. Al mismo tiempo, la empareja con otros hombres y, obviamente, la termina lastimando. Ya casi al final, Harriet le confiesa que está enamorada del Señor Knightley y es allí cuando la protagonista se arrepiente de todo lo que le ha hecho. 

Su arrepentimiento no se basa en el daño que le ha causado, ni que la separó del que podía ser el amor de su vida. Si no en que, por su culpa, Harriet se cree más de lo que realmente es y se ha vuelto una mujer ambiciosa. Además, decide comprometerse con Knightley sin importar que Harriet le haya confesado sus sentimientos y para que las cosas no sean muy incómodas en el pueblo, envía a su amiga a Londres por una temporada. 

Todo al final termina bien para Harriet, pero es porque ella misma se vuelve a reencontrar con el granjero y se vuelven a enamorar. Es allí que Emma se siente aliviada y decide ya no ser casamentera. Para mí es imposible ver a la protagonista como una buena persona después de esto y su crecimiento me parece incompleto, ¿cómo realmente puedo sentir que un personaje aprendió de sus errores si no hizo nada, ninguna acción o sacrificio, para intentar repararlos? 

En la película, la situación es parecida al principio. Las cosas empiezan a ser diferentes cuando Harriet confiesa su amor y Emma se da cuenta de que ambas están enamoradas del mismo hombre y que una (o las dos) iba a terminar desolada. A su vez, al sentir el verdadero amor, se da cuenta de lo cruel que fue alejar a Harriet de su pretendiente inicial. 

Es aquí donde todo da un giro de 180 grados. Cuando Knightley le pide matrimonio a Emma, esta lo rechaza porque su amiga está enamorada de él. Citando una frase de esta escena: “No puedo romperle el corazón otra vez”. ¿Entienden la diferencia? 

Es la propia Emma quien decide ir a hablar con el anterior pretendiente de su amiga para confesarle que Harriet lo rechazó por culpa de ella y que está segura de que la joven lo sigue amando. Emma decide no oficializar su matrimonio al 100% hasta que su amiga vuelva a arreglarse con el granjero y todo lo relacionado con Londres y enviar a Harriet lejos, nunca ocurre. 

En este caso, si tenemos una protagonista que acepta sus errores, está dispuesta a hacer grandes sacrificios debido a ellos (no casarse con Knightley para no hacerle daño a su amiga) y sabe que ella es la que activamente debe de realizar alguna acción para solventar el problema que causó. 

Hay otros personajes, como Fran y Jane que tienen mayor profundidad en el libro. No voy a negar, si me hizo falta un poco de esa profundidad en el filme. Sin embargo, a estos individuos se les justifica de la manera más ridícula una cantidad de hechos atroces que realizaron contra Emma en el ejemplar, especialmente el primero, que no puedo más que odiarlos. Y aunque muchos no estén de acuerdo, si me gusta que no los haya “blanqueado” en la cinta. 

Ciertamente, la obra puede entrar en “comedia”, pero al haber sido escrito hace 200 años, el aspecto humorístico no es el mismo que hoy en día. Es una novela muy amena y refrescante de leer; no obstante, el enfoque cómico y teatral que se le dio a la película es infinitamente superior. Ya hemos visto demasiadas producciones de romance de época que son serias y sentimentales, no me parece mal que se les agregue un toque absurdo a las nuevas. 

Por último, porque si no esto podría ser eterno, tengo que reconocer que el filme no es 100% perfecto. Si me hicieron falta uno que otro acontecimiento del libro que pudo haber hecho que todo fuera más cómico y dramático, aunque también agradezco que le hayan quitado cosas que para mí no aportaban. 

En conclusión, la novela me decepcionó. Me habían hablado tanto de ella y lamentablemente no logró cumplir mis expectativas. Por el contrario, me contaron tantas cosas regulares del filme, que, al no esperar nada, terminé amándolo. Supongo que es porque modernizaron la trama. Ya hablaremos en algún momento si hacer esto está bien o es un sacrilegio contra los autores del pasado.

-Dani23

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