Pero cuando se descubre una nueva y aterradora maldición, Evangeline vuelve a verse abocada a una frágil asociación con el Príncipe de Corazones. Sin embargo, las reglas han cambiado esta vez. Jacks no es el único con el que debe tener cuidado. De hecho, podría ser el único en quien puede confiar, a pesar de su deseo de despreciarlo.

“La balada de Nunca Jamás” es el segundo libro de la trilogía “Érase una vez” de la escritora Estefanía Garber, la cual está ambientada en el mundo de Caraval, otra saga de la autora. (No es necesario leerla para entender esta serie). 

Pese a que este ejemplar lo terminé hace casi un año, nunca le escribí una reseña, desconozco la razón. Hace poco encontré las notas que hice mientras leía la novela, lo que me animo a redactar esta crítica, que tanto se hizo de esperar. 

Igual que su predecesor, la historia fue bastante rápida y fácil de leer. Sin embargo, consideró que en este punto comete el mismo error que la anterior: los acontecimientos ocurren en un abrir y cerrar de ojos. La diferencia es que en esta obra, por lo menos, tenemos el contexto de los sucesos pasados. 

La trama se centra en la búsqueda de cuatro piedras mágicas, que juntas tienen la capacidad de abrir el “Arco Valory”. Según las leyendas, este arco es la puerta de un gran tesoro o de la prisión de temibles criaturas.  

La interrogante de “¿qué esconde el Arco Valory?”, es interesante y le agrega un toque de misterio a la aventura. Pese a ello, nunca llegué a entender al 100% la explicación de este objeto, algo alarmante teniendo en cuenta de que todo el libro gira en torno a él. Incluso, cuando comprendí su poder, me pareció muy conveniente. 

De igual forma, tengo un sentimiento agridulce sobre la búsqueda de las 4 piedras. Aunque esta misión nos brindó momentos medianamente memorables, la tarea fue demasiado sencilla teniendo en cuenta de que varios individuos llevaban años buscándolas sin éxito. 

Respecto a los personajes principales, Evangeline sigue siendo igual de frustrante. La saga pretende venderla cómo alguien adorable, que cree en el amor; sin embargo, la hacen parecer ingenua. Muchos conflictos surgen por su culpa y la de su impulsividad.

Estoy de acuerdo de que un personaje perfecto que nunca comete errores es aburrido e inverosímil. Pero el otro extremo, en el que para mí se encuentra Evangeline, también lo es. 

El protagonista masculino, Jack, vuelve a salvar la trama. Su personalidad atrevida y sus ideales dudosos lo convierten en un elemento que enriquece el relato. Además, en este libro revelaron su trágico pasado, uno de los misterios que más me llamaron la atención "Érase una vez un corazón roto". 

Mi única queja respecto a esto, es que la autora intentó generar suspenso con este aspecto durante gran parte de la novela; no obstante, al poco tiempo de haberla empezado ya el secreto era obvio.

La mayoría de los personajes secundarios fueron una decepción. Individuos que fueron relevantes en el otro ejemplar, apenas aparecieron en este y hubo otros que creía que iban a tener impacto (tostosLuctostos), pero que fueron totalmente desaprovechados. 

Debo hacerle una mención a Apolo, el esposo de Evangeline, el cual sufrió un pequeñísimo cambio. No me refiero a su apariencia o personalidad, sino a que de la nada puede realizar magia. Eso fue tan: ¿? No sé si hay algo que no termine de entender o la escritura decidió hacer esto para generar drama. 

El único que realmente me gustó es Caos, un vampiro. En este escrito se profundizó más en él y en su personalidad, mostrando su lado “humano”. Anteriormente, solo había sido presentado cómo un potencial antagonista, así que es un avance. 

El romance estuvo mucho mejor, puesto que percibí una mayor química y complicidad entre los protagonistas. Sigue sin ser mi pareja favorita; sin embargo, hubo escenas entre ellos que me cautivaron, aunque otras fueron un poco perturbadoras. 

Para terminar, el final es malísimo. Es decir, me engancho para leer la siguiente entrega de la saga, pero no porque sea bueno, sino porque me genera curiosidad de cómo la escritora va a concluir tantos argumentos que dejó abiertos. 

En los últimos capítulos hay un plot twist, que me pareció cool (no sé de qué otra manera describirlo). No obstante, luego lo arruinan con la ingenuidad de Eva, con conveniencias y con poderes salidos de la nada. 

Aunque sé que hice varias críticas negativas a “La balada de Nunca Jamás”, juro que no lo odie, solo que creo que pudo haber sido muchísimo mejor. Dudo que lo vuelva a leer… y no sé si se lo recomiende a alguien. Pese a ello, me entretuvo y esto, sumado con las cosas positivas que dije, hace que le dé 3 estrellas.

La fantasía nació cómo un subgénero de la ficción surrealista, la cual deja de lado la lógica, la estética y la moral para narrar hechos que no ocurrieron u ocurrieran en la realidad. Sin embargo, los acontecimientos deben ser verosímiles con el universo planteado.  

Dentro de la fantasía se subdividen otra gran cantidad de géneros, que comparten el elemento mágico, pero que poseen aspectos diferentes entre sí. Por esta razón, en esta publicación enumeramos sus tipos y los ejemplificamos mediante libros y películas. Es importante aclarar que las producciones artísticas no pertenecen a un solo género y que pueden ser parte de varios subgéneros de la fantasía. 

→ Las fábulas: Son relatos breves dirigidos principalmente a un público infantil y son protagonizados por animales u objetos humanizados, es decir, que se comportan como humanos. 

Las fábulas tienen el objetivo de dejar una enseñanza acerca de la ética o la moral, a partir de las acciones positivas o negativas de los personajes y sus potenciales consecuencias. Este problema moral es explicado de forma sencilla y explícita, para que sea fácil de entender por los más pequeños. 

Este es un subgénero bastante antiguo, que se remonta a los años 600-564 A.C., siendo su primer exponente el escritor griego Esopo. Una de las obras más conocidas de la fábula es “La liebre y la tortuga” de dicho autor, en la que se intentaba criticar la arrogancia.

→ Cuentos de hadas: Cortas historias protagonizadas por criaturas mitológicas o individuos vinculados con la hechicería. Igual que en el anterior subgénero, los cuentos de hadas habitualmente son creados para los niños y buscan dejar una enseñanza acerca de la buena conducta según los estándares de la época.  

Por otro lado, aunque mundialmente se cree que tienen un final feliz, esto no siempre ocurre. Inclusive, incluyen temas o acontecimientos que actualmente pueden ser considerados cómo no apto para los infantes. A su vez, sus personajes siguen arquetipos marcados, por ejemplo: la personalidad de Blancanieves se puede resumir en “niña inocente” y el de Úrsula cómo “bruja malvada”. 

Estos relatos tienen origen durante el periodo medieval y eran transmitidos de generación en generación mediante la voz. Por esta razón, hay diversas versiones de un mismo cuento y en la mayoría de estos se desconoce su autor. Dos de sus mayores exponentes son los hermanos Grimm, quienes no escribieron ninguna obra como tal, sino que hicieron un trabajo de investigación y de recopilación de leyendas pertenecientes al folclore europeo. 

Podemos mencionar los siguientes escritos: Barba Azul, La Sirenita, Hansel y Gretel, Pinocho, Pulgarcito, El gato con botas, entre otros. Muchos de estos textos han sido adaptados a la pantalla grande por Disney, Dreamworks, Sony Pictures, etc. No obstante, han sido modificadas para que se adecuen al presente siglo. 

→ Fantasía heroica: Este subgénero también es llamado “Espada y brujería” y se desarrolla en universos primitivos, similares a la Edad Media, donde predomina la violencia y la crueldad. Usualmente, la magia es un componente relevante, la cual es oscura y tenebrosa, y busca hacerle daño a los demás. 

Estas historias están protagonizadas por héroes bárbaros, que son ajenos a la sociedad, y se centran en todas las batallas y enemigos sobrenaturales que deberán enfrentar mediante la fuerza. En varios casos, las mujeres son personajes secundarios y ocupan el papel de ser el interés romántico, la damisela en apuros o la bruja. 

Sus principales antecedentes son las epopeyas y los mitos de la antigüedad clásica. Pese a ello, el término fue usado por primera vez en 1961 por el escritor de fantasía Fritz Leiber. 

En la literatura, sus exponentes más destacados han sido: Robert E. Howard, mundialmente reconocido por ser el escritor de los relatos de “Conan el Bárbaro” y de “Kull de Atlantis”; Fritz Leiber, redactor de las aventuras de “Fafhrd y el ratonero gris” y el grupo SAGA, creado en 1960 con finalidad de expandir este género. 

En el cine, Espada y Brujería ha sido muy popular, especialmente durante la década de los 80, tras la adaptación de Conan (1982) protagonizada por Arnold Schwarzenegger. A este subgénero pertenecen las series de Thundercats y de He-Man, así como producciones infantiles de parodia cómo Dave el bárbaro. 

→ Fantasía épica: Conocida cómo “alta fantasía”, la fantasía épica está ambientada en un mundo ficticio de estética medieval y con estructura feudal, en el que existen criaturas fantásticas, como dragones, brujas, elfos, ogros, etc. Frecuentemente, tienen religiones, razas, expresiones culturales e idiomas propios de aquel universo. 

Sus protagonistas son jóvenes de gran valor y de origen noble o campesino, quienes al inicio viven en paz y en armonía, pero que son impulsados a realizar grandes aventuras por fuerzas externas. Durante sus travesías crecen y maduran como personas, convirtiéndose en expertos guerreros, imponentes líderes o memorables héroes. 

Aunque las grandes batallas son un elemento sobresaliente de este subgénero, la trama no se centra principalmente en la acción, siendo este un recurso secundario y su mayor diferencia con “Espada y hechicería”. 

La fantasía épica tiene origen en los libros de caballería (historias artúricas), en las leyendas nórdicas y en la mitología árabe. Sin embargo, este género, como existe hoy en día, se remonta al siglo XVIII y su etapa de oro se da entre 1930-1980. 

Algunos de sus autores más famosos son: J. R. R. Tolkien, escritor de la trilogía del “Señor de los anillos” y la novela autoconclusiva “El Hobbit”; George R. R. Martin, con su saga de “La canción de Hielo y Fuego”; Brandon Sanderson, autor de la saga “Nacidos de la Bruma” (primera y segunda era), James Oliver Rigney, Jr., con su saga “La rueda del tiempo”, entre otros. 

Muchas de las obras literarias mencionadas anteriormente tienen sus propias adaptaciones cinematográficas. Al mismo tiempo, series como “The Witcher” y “Sombra y hueso” han sido muy populares, la primera está basada en un videojuego y la segunda en una trilogía. Además, el juego de rol “Calabozos y dragones” se inspira en este subgénero. 

→ Baja fantasía: En este género, la magia juega un papel esencial, pero la trama ocurre en el mundo real. Pueden ambientarse en épocas históricas determinadas o en la actualidad. 

La baja fantasía surge de los antiguos cuentos de hadas y sus novelas más destacadas son: La saga de “Harry Potter” de J. K. Rowling, la saga “Percy Jackson” de Rick Riordan, “Babel” de Rebecca F. Kuang, la saga de “Las crónicas de Narnia” de C. S. Lewis, etc. 

A pesar de lo anteriormente comentado, la saga de “Las crónicas de Narnia”, y ejemplares parecidos, están en un constante debate acerca del género al que pertenecen. Esto se debe a que técnicamente el conflicto se da en un lugar ficticio, pero sus protagonistas son originarios y viven en Reino Unido. Sin embargo, la magia de Narnia convive con nuestra realidad, por lo que se prefiere situarlo en este subgénero. 

Hay otra definición para la baja fantasía, que es menos usada. Según esta explicación, este género hace referencia a los relatos que ocurren en el mundo real o uno ficticio, en el que la magia no es un elemento esencial. 

→ Fantasía oscura: Este subgénero es una mezcla del terror y la fantasía, por lo que se ambienta en lugares lúgubres donde hay criaturas monstruosas y paranormales. Se caracteriza por su aura “perturbadora” y “hostil” a nivel estético y psicológico. 

Sus protagonistas tienen ideales ambiguos, cuyos estados mentales son deteriorados. Muchas veces, los personajes principales son “antihéroes”. Por otro lado, frecuentemente se tocan temas controversiales o relacionados con la decadencia de la sociedad. 

No se sabe con precisión cuándo surgió este género y quienes son sus precursores; no obstante, se le atribuye la creación del término “fantasía oscura” a los novelistas Charles Lewis Grant y Karl Edward Wagner. 

Sus escritores más reconocidos son Edgar Allan Poe, Neil Gaiman, H. P. Lovecraft, Clark Ashton Smith, entre otros. Unos cuantos escritos de estos autores han sido adaptadas al cine y a la TV, asimismo hay producciones originales que han tenido un gran recibimiento por parte del público. En este apartado están: The Sandman (serie), El mundo oculto de Sabrina (serie), Caroline, La leyenda del jinete sin cabeza, La cumbre escarlata, Agencia Lockwood (serie), etc.

→ Fantasía histórica: En ella se combinan la fantasía con contexto históricos reales. Se puede desarrollar mediante diversos enfoques: una visión alterna de nuestro tiempo si eventos históricos hubiera sucedido de manera diferente (ucronías), incorporación de artefactos tecnológicos en épocas pasadas (retrofuturismo) y lo mismo que el anterior, aunque en lugares ficticios muy parecidos al real. 

Una de las categorías más populares de la “fantasía histórica” es el steampunk, que está ambientada en el periodo Victoriano o Eduardiano y mezcla la tecnología basada en el vapor y la combustión del carbón, con la estética de dichos años. 

Algunas producciones de este subgénero son: El planeta del tesoro de Disney, Carnival Row (serie) de Amazon Studios, Penny Dreadful (serie), etc. Inclusive, el programa de “La leyenda de Korra” tiene inspiración en este género.